La Selección Colombia volvió a fallar en casa. En un partido que parecía accesible, no pasó del empate frente a una Perú ya eliminada y sumó su quinta fecha consecutiva sin conocer la victoria. El sueño de clasificar al Mundial de 2026, que se disputará en México, Estados Unidos y Canadá, empieza a desvanecerse.

Barranquilla, históricamente un fortín para los cafeteros, no pesó esta vez. Ni el calor sofocante ni el aliento de la afición fueron suficientes para que Colombia impusiera condiciones ante una selección peruana sin aspiraciones, pero con más orden y dignidad que muchos de los locales.

En lo futbolístico, el equipo dirigido por Néstor Lorenzo volvió a mostrar carencias alarmantes. Apenas una jugada clara en el primer tiempo —un remate sin fortuna de Jhon Jader Durán— resumió la escasa producción ofensiva. Del resto, poco o nada para destacar en ataque. Una Colombia predecible, sin ideas y sin contundencia.

Del otro lado, Perú probó con tímidos intentos al debutante Kevin Mier, quien respondió con solvencia y fue, paradójicamente, uno de los pocos puntos altos del equipo colombiano.

Con este empate, Colombia continúa dependiendo más de las matemáticas y los tropiezos ajenos que de su propio juego. A falta de tres partidos, el repechaje parece el destino más realista… si es que se logra mantener.

El calendario tampoco es alentador: la Tricolor visitará a una encendida Argentina, luego recibirá a Bolivia y cerrará la eliminatoria ante Venezuela. Nada está escrito, pero el margen de error es mínimo.

Y la pregunta empieza a ser inevitable: ¿realmente merece Colombia ir al Mundial con este nivel?