32 años sin volar: la historia de una lora frentiamarilla víctima del cautiverio
Fecha publicación 03/06/2025

Una lora frentiamarilla (Amazona ochrocephala) pasó más de tres décadas en cautiverio como mascota antes de ser rescatada e ingresada al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de fauna silvestre (CAVR). Su estado de salud era crítico: el encierro y la falta de condiciones adecuadas le provocaron un pico completamente deformado, uñas tan largas que le causaban inflamación crónica en sus patas, y un plumaje grasoso con zonas sin plumas.

Esta historia no es aislada. En lo que va de 2024, el CAVR ha recibido 748 loros de diferentes especies, de los cuales el 57% ha sido víctima del tráfico ilegal de fauna silvestre, ya sea por incautaciones o entregas voluntarias. La especie más afectada es, precisamente, la lora frentiamarilla, con 385 individuos rescatados, seguida por la lora barbiamarilla (243) y la lora cabeciazul (59).

“Hacemos un llamado a no caer en las redes del tráfico de fauna. Todos debemos ser protectores de nuestros recursos naturales”, enfatizó Alejandro Vásquez Campuzano, subdirector ambiental del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Los loros no son mascotas. Son aves silvestres que necesitan volar, socializar, alimentarse de frutos nativos y cumplir su papel en los ecosistemas. El confinamiento, incluso con buenas intenciones, provoca daños irreversibles en su salud física y comportamiento.

El Área Metropolitana, en convenio con la Universidad CES, continúa trabajando en la rehabilitación de estas aves y recuerda a la ciudadanía que la mejor forma de proteger a los loros es dejarlos en libertad, donde pertenecen.

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