Como toda cacería en el mundo del crimen terminó con la vida de Juan Pablo Leal Vásquez, alias “Pablito tusi”, reconocido comerciante que hizo carrera en el mundo de las drogas sintéticas en la capital antioqueña.
Si bien su nombre salió a la luz pública el pasado 17 de febrero cuando sicarios entraron a una de sus propiedades en el nororiente de Medellín y trataron de asesinarlo, ayer se confirmó la muerte en el Valle del Cauca.
15 tiros acabaron con la vida de este sujeto en el municipio de Calima de El Darién, hasta donde había llegado para huir de sus enemigos.
Juan Pablo Leal, según inteligencia, comercializaba una sustancia conocida como La Bailarina Negra, droga con la que amasó una fortuna y escaló a lo más alto de los expendedores de tusi en Medellín.
Fue tal su fortuna que remodeló una vivienda en el barrio Santa Cruz, comuna popular de Medellín, avaluada en 4.000 millones de pesos por su tamaño y su diseño interior, que contaba hasta con jacuzzi, espacio para conciertos ñ, minibar, rutas de escape por donde pudo escabullirse de los sicarios que lo iban a asesinar el 17 de febrero.
Ayer, a eso de las 11 de la mañana, su historia en el bajo mundo fue silenciada por unos cinco sicarios que llegaron en motos y carros a un establecimiento donde se encontraba, y le vaciaron sus armas.
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