En el Hospital Marco Fidel Suárez trabajan día a día con un único propósito: cuidar la vida y la salud de los antioqueños con calidad, calidez y compromiso. Pero hoy, atraviesan una situación extraordinaria que los obliga a alzar la voz: el servicio de urgencias ha alcanzado un nivel de ocupación del 240%, superando por mucho su capacidad instalada.
Este colapso no es un hecho aislado. La creciente demanda de atención médica, sumada al cierre de urgencias en centros hospitalarios cercanos, los ha llevado a declarar el estado de emergencia hospitalaria.
Pese a que han habilitado espacios adicionales y reforzado los recursos humanos y físicos, la realidad es contundente: necesitan del apoyo y la comprensión de todos.
¿Cómo puede ayudar la comunidad?
Se hace un llamado respetuoso a la ciudadanía para que acuda a urgencias únicamente en situaciones verdaderamente críticas. Esto permitirá priorizar la atención de quienes realmente enfrentan riesgos vitales y agilizar la respuesta médica.
Confiar en el equipo médico es fundamental. Respetar el criterio del personal de salud y el protocolo internacional del TRIAGE —que clasifica a los pacientes según la gravedad de su condición— es clave para mantener el orden y la eficiencia en la atención.
«A nuestro equipo humano, todo nuestro reconocimiento.
A médicos, enfermeros, auxiliares y personal de apoyo, gracias por su entrega incansable. Ustedes son el corazón de esta institución, la razón por la que seguimos adelante, aún en los momentos más difíciles», expresó la institución en su comunicado.
Esta situación no es solo un reto institucional, sino un llamado colectivo. Juntos, autoridades, ciudadanos y el sistema de salud, deben unir esfuerzos para superar esta emergencia.
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