El centro es un universo de historias y de ejemplos de vida, como la relación entre Maryori y Mónica, una operaria de Emvarias y una habitante de calle que tienen algo en común: servir.
Aunque Mónica limpia las calles como una manera de hacer terapia, reconoce que también es un comportamiento para que la gente cambie su percepción sobre las personas que viven en la calle.
«No todos somos malos», como dice ella, mientras embellece la parte de atrás del Museo de Antioquia.
Por su parte Maryori, quien es ‘escobita’ como popularmente se les dice a las personas que limpian las calles y parques de la ciudad, se funde con Mónica en un abrazo que alimenta el alma.
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