La comunidad de Anorí está de luto tras la trágica muerte de dos adolescentes que cayeron en un campo minado en la vereda Tacamocho, una zona rural del corregimiento El Zapatillo.
Las víctimas, dos menores de 15 y 17 años, fueron alcanzadas por explosivos ocultos en el terreno, una amenaza persistente en esta región afectada por la presencia de grupos armados ilegales.
El alcalde de Anorí expresó su profundo dolor por el suceso y denunció la crítica situación de seguridad que vive el municipio:
«Han dejado unas madres completamente desoladas, a la comunidad totalmente desprotegida. Nos sentimos bastante preocupados por todo lo que está pasando en este territorio», señaló el mandatario.
Asimismo, reiteró el llamado urgente al Gobierno Nacional para que refuerce la presencia institucional y brinde protección a la población civil:
«Anorí necesita la ayuda del gobierno. Esperamos que miren hacia acá y que nos presten atención, porque el asunto es bastante delicado, sobre todo con nuestros niños y jóvenes», insistió.
Este doloroso episodio pone de nuevo sobre la mesa la grave situación humanitaria que enfrentan muchas comunidades rurales en Colombia, atrapadas entre minas antipersonales y el abandono estatal.
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