Un video viral que muestra una ceremonia matrimonial realizada en el estadio ha generado controversia en redes sociales y ha desatado críticas por el uso de un escenario deportivo con fines no deportivos. Frente a la avalancha de comentarios, Mauricio Hoyos, CEO de Sencia —empresa administradora del estadio—, salió al paso para aclarar lo sucedido.
“La prioridad del estadio siempre será el fútbol. Sin embargo, cuando no hay partidos programados, el recinto puede ser alquilado para otros eventos, como en este caso, una congregación religiosa de la Iglesia Universal Cristiana que reunió a más de 20 mil personas”, explicó Hoyos.
La polémica se encendió cuando, en medio del montaje para el evento religioso, una pareja realizó una ceremonia de matrimonio. Aunque no se trató de una boda formal ni de una fiesta, las imágenes difundidas generaron incomodidad en parte de la opinión pública, que considera inapropiado convertir un escenario deportivo en el telón de fondo para este tipo de celebraciones.
“Quiero ser claro: no fue una boda organizada por el estadio, ni tampoco hubo fiesta en nuestras instalaciones”, aclaró el CEO. “Una persona que trabaja con la congregación pidió aprovechar la infraestructura ya instalada para realizar una breve ceremonia religiosa. Fue algo simbólico, sin invitados adicionales ni alteraciones al cronograma. La fiesta se llevó a cabo en el Movistar Arena”.
Pese a las explicaciones, el debate continúa entre quienes consideran que el uso de un recinto deportivo debe limitarse estrictamente a actividades afines, y quienes defienden su versatilidad como espacio para eventos masivos.
“Como empresa operadora, estamos abiertos a propuestas que aprovechen el estadio como un templo del entretenimiento, pero siempre bajo el principio de que no interfieran con el fútbol ni afecten la identidad del lugar”, concluyó Hoyos.
En medio de la discusión, la pregunta sigue abierta: ¿dónde trazar los límites entre la multifuncionalidad de un estadio y el respeto por su vocación deportiva?
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